La pandemia y el invisible agravante de la violencia contra la mujer
- josepagracias
- 14 abr 2021
- 8 Min. de lectura
Actualizado: 28 oct 2021
El confinamiento supuso un impacto directo en los casos de violencia
Por: José Pablo Gracias Pérez
Reportaje
El confinamiento preventivo a raíz de la COVID-19 tuvo consecuencias negativas para las mujeres en Guatemala que sufren algún tipo de maltrato, ya sea físico, económico o psicológico. A pesar de no verse reflejado en las estadísticas, los casos de violencia tendieron a agravarse durante los meses que duró dicho confinamiento.

Imagen: Diario "La Hora"
¿Qué fue lo que sucedió?
Sharon Santa Cruz, jugadora del equipo de fútbol Comunicaciones en su división femenina, desapareció de forma misteriosa el 20 de diciembre de 2020. La última vez que fue vista, la joven de 17 años salía del estadio Cementos Progreso al término de un duelo de cuartos de final de la Liga Nacional de Fútbol Femenino Guatemalteco. Afortunadamente fue hallada con vida en Rio Dulce, Izabal, a 289 kilómetros de la capital, en las vísperas de noche buena.
Hillary Arredondo, una jovencita de tres años, fue encontrada sin vida semienterrada en un terreno el 18 de enero de 2021. La pequeña ya tenía activa la alerta Alba-Keneth, luego de su desaparición el 17 de enero en la colonia El Milagro, en Tiquisate, Escuintla, a 145 kilómetros de la capital.
Sharon Figueroa tenía ocho años. Encontraron su cuerpo el 10 de febrero del 2020. La última vez que la vieron, la menor jugaba con su bicicleta detrás de su vivienda en el barrio La Ceibita, en Melchor de Mencos, Petén. Cuando su abuela salió a buscarla, la pequeña ya no estaba.
Al cuerpo de Quinverly Sánchez, de 18 años, lo encontraron el ocho de abril de 2021. En un tonel con mezcla de cemento en su casa, en la colonia Kennedy, zona 18 de la capital. Por medio de distintas pruebas y exámenes se estableció que la causa de muerte fue asfixia por estrangulamiento.
Los casos descritos anteriormente poseen dos aspectos en común. Todas las víctimas de estos asesinatos y desapariciones descritos son mujeres; y conforman el legado que dejó la constante alza de violencia que hubo en torno a años anteriores y que se agravó considerablemente en el 2020.
A lo largo de los últimos años, los casos de femicidios, muertes violentas de mujeres y violencia contra la mujer en general ha tendido al alza, siendo una problemática real que se vive en nuestro país de manera constante. Sin embargo, durante los meses que duró el confinamiento (de marzo a junio), no se evidencía un incremento en los casos de violencia contra la mujer con respecto al años anteriores.
La tendencia de los femicidios fue la misma. En el año 2020 el Ministerio Publico (MP) contabilizó un total de 118 casos, 23 casos menos que los contabilizados durante el año 2019. Con respecto a muertes violentas contra mujeres (MVM), según los reportes estadísticos del Grupo Guatemalteco de Mujeres, del primero de enero al 15 de noviembre del 2020 , se registraron un total de 444 casos de MVM, mientras que en el año 2019 esta cifra ascendía a 678 casos.
La publicación "Perfil de País Según Igualdad de Género: Guatemala" llevada a cabo por ONU mujeres y por la Asociación de Investigación y Ciencias Sociales (Asies) demostró, mediante una encuesta, que una de cada cuatro mujeres encuestadas sufre algún tipo de violencia. La categoría más común fue violencia psicológica y económica.
En cuanto a la distribución geográfica de la violencia en los departamentos del país, según los reportes estadísticos del Grupo Guatemalteco de Mujeres, la capital guatemalteca registra el mayor número de casos de MVM. Más del 50% del total de casos. Otros departamentos con un porcentaje considerable son Escuintla, Petén y Zacapa.
Mapa: Elaboración propia con información de los reportes estadísticos del GGM.
Dorotea Gómez, defensora de la mujer de la Procuraduría de los Derechos Humanos (PDH) en Guatemala, nos menciona lo siguiente:
Las causales que provocaron la inexistencia de una evidencia estadística en el incremento de los casos puede resumirse a que la situación de pandemia trajo consigo distintos factores que entorpecieron los procesos corrientes de denuncia hechas al MP.
Según Lorena Escobar, coordinadora del Departamento de Análisis Jurídico de ASIES, en la gran mayoría de casos de violencia (alrededor del 90%), el agresor suele ser la pareja, compañero o familiar de la víctima. La cuarentena preventiva, los toques de queda y las distintas restricciones tomadas por parte del gobierno, obligaron a una convivencia más cercana con el agresor, e hicieron que, en estos casos, tuviese un control social aún mayor de la mujer, llegando al punto de dejarla incominicada, despojándole de su teléfono celular o revisando sus llamadas y contactos. De igual forma todos los espacios que la mujer poseia fuera del hogar en la cual podía aprovechar para presentar su denuncia quedaron inexistentes.
Debido al confinamiento, las entidades públicas permanecieron cerradas. Las mujeres que sufrieron violencia en esos momentos no tuviero un lugar físico en el cual presentar su respectiva denuncia. Por tal motivo, el MP habilitó atención vía telefónica, mensajes de texto y a través del portal para contraarrestar la situación.

Fotografía: Prensa Libre
La dificultad en la respuesta judicial
Guatemala posee una legislación específica con respecto a este tipo de violencia. La ley de Femicidio y Otras Formas de Violencia Contra la Mujer "llevó a la creación de los órganos jurisdiccionales especializados en todo el territorio nacional. Hasta el año 2018, el país contó con 29 órganos jurisdiccionales especializados en esta materia (juzgados de primera instancia penal, tribunales de sentencia, entre otros) ubicados en 14 de los 22 departamentos, dos salas de la corte de apelaciones especializadas en Femicidio y otras Formas de Violencia Contra la Mujer localizadas en el departamento de Guatemala". (ASIES, 2020)
A pesar del marco jurídico, la realidad es otra. Dorotea Gómez, de la Procuraduría de los Derechos Humanos, también explica lo siguiente:
Y es que resulta preocupante el alto índice de impunidad que existe en el país. Segun Lorena Escobar, cuando la CICIG (Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala) aún se encontraba en labores dentro del territorio, el porcentaje de impunidad ascendía a 98%. No obstante, a día de hoy este porcentaje ha tenido una muy leve disminución, ascendiendo a un 90%. Esto quiere decir que uno de cada diez casos denunciados tendrá una respuesta y condena correspondiente.
Esta gráfica, a pesar de no ser reciente, demuestra que un porcentaje mínimo de los femicidios tuvieron sentencia en el año 2018, tendencia que se ha mantenido, e incluso se ha podido reducir en estos últimos años, especialmente en contexto de pandemia, donde la respuesta judicial fue aún más dificil.
La condición de impunidad en materia de violencia contra la mujer (y con cualquier otro delito en general) se debe a diversos factores, sin embargo, Según Lorena Escobar el que más resalta de entre todos, es la mora judicial.
Según el "Estudio de justicia. Fasciculo 2 Desafíos actuales del Organismo Judicial" por mora judicial se entiende al retraso en la emisión de resoluciones de casos, lo que provoca que los usuarios perciban o entiendan que el servicio prestado es de mala calidad.
La mora judicial puede deberse a muchas razones, sin embargo, una de las más importantes es la falta de personal en las entidades encargadas de administrar la justicia. Según la publicación "Desafios actuales del Organismo Judicial" llevada a cabo por ASIES, durante los años 2016 a 2018, la tasa de juzgadores por cada 100 mil habitantes llegó a ser de 7, quedandose por debajo del promedio mundial que es de 11. Lorena Escobar, recalca:
El proceso para que una denuncia de violencia se haga efectiva y ligada a proceso es larga, Lorena Escobar lo explica:
La complejidad descrita y el incipiente sistema de justicia provoca que la resolución y proceso de casos tengan una extensión temporal que puede llegar incluso hasta los 20 años. Un ejemplo reciente de la dificultad que tienen las mujeres para poder obtener una respuesta adecuada a sus denuncias es el caso de Isabel Veliz Franco, un asesinato cometido en el año 2001 y que ha obtenido sentencia veinte años después.
¿Qué es el caso Veliz Franco?
El caso de Isabel Veliz Franco es de los pocos casos que han tenido una resolución y una condena en estos últimos años. Los casos denunciados en un marco de pandemia no podrán poseer la misma suerte, puesto que el confinamiento ha provocado un retraso aún mayor de la tramitación de casos, agravando de esta manera la mora judicial. Se considera que los casos denunciados en marco de confinamiento comenzarán a procesarse a finales de este año e inicios del 2022.
Lorenta Escobar también destaca que la situación de impunidad también supone un desaliento hacia las mujeres que buscan justicia. Al verse involucradas en una situación en donde es mínima la probabilidad de que puedan recibir respuesta adecuada, se abstienen de denunciar, lo que provoca, a su vez, que nuevamente los casos de violencia no se visibilicen.
La tardía y deficiente respuesta judicial por parte de los organismos responsables también es un factor que dificulta la medición real de violencia contra la mujer en Guatemala, especialmente durante el año 2020, mientras estuvieron vigentes las medidas de restricción y confinamiento.
El aspecto cultural
Para la Dra. Guisela Mayén, antropóloga y directora de investigación de ASIES, la discriminación y violencia hacia la mujer no solo debe ser vista dentro del territorio nacional, expone que este tipo de marginación debe ser vista como una problemática mundial que atenta contra la igualdad entre ambos sexos.
Según la publicación "Perfil de país según igualdad de género: Guatemala", el Índice de Desarrollo de Género muestra la relación entre los valores del Índice de Desarrollo Humano (IDH) de mujeres y de hombres y el Índice de Desigualdad de Género (IDG), mide la desigualdad de las mujeres y hombres en tres dimensiones: salud reproductiva, empoderamiento y mercado laboral. Según el estudio, el IDH es más alto en hombres (0.666) que en las mujeres (0.628), lo cual resulta en un IDG de 0.943, propio de un país con in IDH medio bajo.
Según la doctora, las mujeres tienen muy poca representación política en diversidad de paíeses. También recalca que el sector femenino está representado en trabajos con remuneraciones bajas en comparación con los hombres, se encuentran mayormente representadas en ocupaciones en las que no se cumplen los requisitos de un trabajo decente, entre otros aspectos.
Según la doctora Mayén, muchas de las mujeres en el país tienden a dejar de estudiar para atender las labores domésticas del hogar, labor que se intensificó en tiempo de pandemia. Según encuestas realizadas por ONU mujeres y ASIES, la carga de trabajo doméstico por parte de las mujeres tendió a intensificarse. Esto debido a que la mujer, por el confinamiento, tuvo que ser relegada a quedarse en su hogar. La doctora también menciona que estos roles representan lo arraigado que se encuentran las diferencias de género en la cultura guatemalteca.
Para la doctora Mayén, el principal causante de violencia es la educación. Más allá de regiones geográficas, las encuestas muestran que mujeres con baja escolaridad tienden a sufrir más violencia. Menciona que otro de los factores que hace que las mujeres también sufran más es la dependencia económica. Debido a los roles "esablecidos" dentro de la cultura, en muchas ocasiones la mujer depende económicamente de su pareja, pues es quien lleva el ingreso monetario al hogar. Al verse con este privilegio, el hombre tiende a verse superior con respecto a la mujer, y de esto que en ocasiones tome acciones violentas para "defender" esta superioridad. La doctora también nos dice lo siguiente.
La edad también es un factor importante. Las mujeres de entre 20 a 50 años son las que más reciben violencia. Las áreas urbanas también presentaron una mayoría de casos con respecto a las áreas rurales.
El camino para encontrar una solución para esta problemática, pero a raíz de la pandemia surge una interrogante importante. ¿Qué podemos hacer para aliviar la situación?



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